Hernán Rubén Dinamarca Baeza
  • Enjuncado
  • 54 años de experiencia como artesano

Este oficio se ha heredado en la familia Dinamarca, lo conocí en mi niñez a través de mi padre, quien a su vez lo aprendió de su padre. Se trata de uno de los grandes pilares de mi vida, ya que me he dedicado a esto por más de 50 años. Para mí significa amistad, fuente laboral, anécdotas y recuerdos familiares.

Si se le da un uso adecuado al enjuncado, el tejido que hacemos puede durar fácilmente entre 20 y 30 años, pues usamos de material el junco original, no el junco plástico. Además, nos preocupamos por mantener la confianza que depositan en nosotros los clientes, ya que la gran mayoría entrega -para enjuncar- reliquias o herencias familiares que necesitan reparación y que tienen un gran valor sentimental, por tanto, la forma de retribuirles es haciendo un buen trabajo.

El proceso de creación, parte por importar desde Asia el material (en Chile lo más parecido sería el mimbre), para luego empezar el tejido. Se dejan las varillas de junco una media hora remojando en agua, con el fin de darles flexibilidad. Luego se inicia el entramado, mediante unos tarugos de sujeción para fijar las hebras, las que van pasando por unos orificios ubicados en las orillas y que son finalmente quienes le dan la firmeza a la pieza. Hay más de una veintena de diseños para los enjuncados, pero el más clásico de todos es el francés tipo Luis XVI o ‘cané’, ‘el octogonal’, o ‘panal de abeja’, como se le llama popularmente.

Otros dibujos que se realizan en decoración de muebles corresponden a la figura de un Sol, que tiene gran complejidad y no todos saben hacerlo, nosotros por supuesto sí lo hacemos.

El enjuncado es un oficio hermoso, lleno de dedicación y detalles. Al ver este tipo de arte plasmado en un sillón, silla, biombos, marquesa, mesas, respaldos de cama, entre otros, es sin duda un ejemplo de cómo se le puede dar valor y utilidad a lo ‘hecho a mano’, para que idealmente, estas piezas queden como tesoros familiares y pasen de generación en generación.

Por otra parte, creo que el trabajo que se realiza es de gran valor para esta región, porque no somos muchos los que nos dedicamos a este oficio a nivel nacional. De hecho, a lo largo de los años, han sido varias las personas de otras regiones que nos contactan para realizarles el enjuncado.

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