Trabajo en esto desde muy niño, no tenía otra motivación. Mis padres querían que  fuera marino.

A los 17 años (1973) ingresé al Departamento de Ornamentación Pública de la Universidad de Chile, ahí descubrí el arte y se confirmó lo que yo creía. Egresé en 1977. Finalmente, opté por la artesanía, no supe desarrollar el arte en plenitud. A los 39 años volví a la Universidad para sacar mi título de Escultor.

Mi trabajo no es utilitario, yo digo que no sirve para nada a la gran mayoría de las personas, pero con una que le guste lo que hago, ya valió la pena construirlo.

Considero que mi aporte  es la mirada que tengo cuando realizo clases. Les digo constantemente que no importa el talento, lo que fundamental es lo que se siente, pues todos pueden crear, el arte le pertenece al ser humano.