Por mucho tiempo, se compraban los cuescos a la gente del barrio, lo que dio origen a un reconocido sector de artesanos en cuescos. Actualmente, el material se recicla de fábricas de conservas cercanas a Santiago.

Luego de la recolección del material entonces, el proceso creativo incluye la repetición de figuras probadas con el tiempo y también la experimentación, a través de la incorporación de ideas del público.

A lo largo de mi trayectoria, ha tenido muchos aprendices. Hoy por hoy, trabajo con mi yerno, José Varas, quien me acompaña en esta travesía. Además, queda un taller en funcionamiento y un primo en Salamanca que aún continúa con la tradición.

Mi motivación para este trabajo es de raíz tradicional, creando motivos campestres como carretas, huasos, yuntas, etc., así como animales chilenos. Lo mío es artesanía figurativa, adornos que el público sabe apreciar y les otorga un lugar especial en sus hogares.